miércoles, 25 de mayo de 2016

Sabias que... hay cerveza hecha con malta de arroz?

En un viaje de trabajo por el Delta del Ebro nos hemos encontrado con diferentes cervezas artesanas de la zona, pero nos ha llamado la atención una cerveza hecha con malta de arroz, en especial una tipo Kolsch.

Está elaborada por el Instituto de la Cerveza Artesana para Segadors del Delta, y parece ser que es la primera cerveza elaborada con malta de arroz. Aunque no al 100%, tiene una elevada proporción de malta de arroz pero siempre acompañado de malta de cebada. 


En alguna página web pone que incluye entre los ingredientes, enebrina, piel de naranja y cardamomo, en la etiqueta de esta cerveza, solo pone los ingredientes básicos, agua malta de arroz, malta de cebada, lúpulo y levadura.

La apariencia es de un color es amarillo pajizo, algo turbio y con espuma blanca. 

El olor es dulce, afrutado, con toques cítricos, te hace esperar una cerveza tipo Hoegaarden. 

El sabor, en mi opinión, es un poco decepcionante, puede ser porque no es un sabor típico de este estilo de cerveza, Kolsh, según pone en la etiqueta, tiene un sabor muy tenue, al principio un poco dulce y termina con un sabor más cítrico, incluso tirando a ácido, que es lo que no me termina de convencer. Todo el sabor proviene de las diferentes maltas, ya que el lúpulo no hace mucha presencia en la cerveza. 

Aunque no es mi cerveza favorita, me gusta que haya cosas así en el mercado, siempre estudiando nuevas formas de hacer cerveza y aprovechando los recursos que nos ofrece el terreno, en ese caso el arroz típico del Delta del Ebro. 

sábado, 7 de mayo de 2016

Sabias que... la cerveza ya se hacía en España antes de Carlos V?

Parece ser que antes de que viniera Carlos V a Castila, todo era tierra de vinos. Tuvo que venir él y traerse a su propio maestro cervecero, Enrique Van der Duysen, al Monasterio de Yuste para hacer allí una pequeña fábrica de cerveza.

Hace poco encontré un documento de un historiador que explicaba la historia de Castilla y del monasterio de Bonaval, en él, sorprendentemente, aparece un relato de un bodeguero que pretende hacer cerveza para dar salida al excedente de cebada que había en la zona. Por lo que España no todo era tierra de vinos, ya había gente que conocía el oficio del maestro cervecero. Podemos decir que en 1164 ya había cerveceros haciendo de las suyas para poder disfrutar del oro líquido. 

Os dejo el relato firmado por El alberto de Arbancón, en el perfil de Generación Pocilga de Facebook

MONASTERIO DE BONAVAL AÑO DE 1164, 2ª parte:


Nuño, el abad de Bonaval, se carteaba habitualmente con Guadalajara, Alcalá de Henares, Madrid y Toledo, donde aún vivían muchos sabios árabes y judíos, para contrastar textos o pedir ayuda en alguna traducción. Después enviaba sus trabajos a los reyes castellanos y europeos. En Guadalajara vivía su amigo Abdallá -ben- Muhamad un geógrafo, bibliófilo, historiador y coleccionista de libros con el que intercambiaba información continuamente, a la vez que jugaban partidas de ajedrez por carta o cuando se visitaban.


En el monasterio habían tenido una excelente cosecha ese año y necesitaban mayor mano de obra a la hora de cosechar, trillar, moler, recoger las uvas, etc, por lo que contrataron a una veintena de mozos que llegaron desde Arbancón, por entonces una aldea de Cogolludo.
Los dos primeros arzobispos de Toledo fueron franceses, siendo el segundo don Raimundo de Sauvetat, nacido en Auch, Gascuña, que en el año 1138, recibe en donación la villa de Cogolludo, entre otras muchas villas (Juan Luis Pérez Arribas). Raimundo de Toledo, como se le conocerá después, inició la Escuela de Traductores de Toledo para la que trabajaba ahora Nuño de Berdoues, desde el monasterio de Bonaval.
El nuevo arzobispo de Toledo, don Juan de Segovia, les había recomendado a los mozos de Arbancón por su fuerza, sencillez y nobleza. En ese grupo llegaron los jóvenes ibn Azraq e ibn Aberturas, hijos de dos conversos de la aldea de Arbancón que sabían leer y escribir, por lo que muy pronto pidieron permiso para, después de su trabajo, leer algunos libros de la floreciente biblioteca del monasterio. Nuño estaba encantado, pues sabían árabe y lengua romance, así que les autorizó.

El bodeguero estaba decidido a fabricar cerveza y así dar uso al excedente de cebada que ese año había crecido como nunca. Por eso encargaron media docena de tinajas especiales y las prepararon para tal fin. Habían traído el lúpulo de Atienza y ya estaban tostando la cebada cuasi germinada para preparar el caldo. Construyeron también 45 barriles de madera y la envasaron después.

En una zona de la huerta, próxima al arroyo, cultivaban cáñamo y lino para confeccionar cuerdas, sogas, sacos, papel, lienzos, prendas de vestir, enfermería, etc. Tenían higueras, granados, manzanos, perales, grandes nogales, almendros... y todo tipo de productos hortícolas. Disponían también de ganadería lanar, vacuna, porcina, caballar y asnál, así como aves de corral (gallinas y gansos). La caza y la pesca, también estaba a su alcance, por la proximidad del río Jarama y el bosque en el que estaban inmersos.

Azraq y Aberturas se familiarizaron muy pronto con la biblioteca, su vocabulario había crecido con el paso de los meses y la curiosidad les llevó hasta el trabajo del abad. Nuño rápidamente les puso a traducir un libro, sobre los griegos, que estaba escrito en árabe y otro de jarchas, zéjeles y muwasajas (poesías árabes musicadas para cantar) llamadas "Romances castellanos" por los cristianos, que habían dado lugar al nacimiento de los Trovadores gallego - provenzales.